Emprendimiento colectivo

Emprendimiento Colectivo

Por Javier J. Hernández Acosta[1]

javihernandez@yahoo.com

Publicada en la sección del Negocios del El Nuevo Día el sábado 14 de septiembre de 2014

Columna

Uno de los principales retos de las industrias creativas consiste en la polarización del sector. La apertura de los mercados internacionales permitió muchas multinacionales adquirieran a las medianas empresas locales, provocando lo que la UNCTAD ha llamado el “missing middle”. El problema radica en que tenemos industrias donde por un lado operan grandes conglomerados y en el otro múltiples microempresas con grandes dificultades para acceder a mercados. Entonces, una estrategia de desarrollo económico en el sector creativo deben atender esa brecha, provocando un fenómeno no muy utilizado que podríamos llamar emprendimiento colectivo.

En el año 2001, un grupo de cantautores decidió unirse a través de una cooperativa para crear una marca común que facilitara el acceso a financiamiento, producción, difusión y audiencias. Taller Cé fue un gran experimento de cómo llenar esa brecha en la industria musical. En estos días, la Compañía de Comercio y Exportación adelanta un proyecto similar con la apertura de una tienda para su marca de ropa P.ERE. Este proyecto agrupa una serie de diseñadores bajo una marca común, permitiendo acceso a un segmento del diseño muy poco atendido por los empresarios locales y que representa una industria multimillonaria a nivel local e internacional.

Hay varios elementos que discutir en esta propuesta que son pertinentes a otros sectores creativos. Por un lado, fomenta la colaboración empresarial que está tan ausente de nuestro panorama económico. Se inserta en un segmento de consumo masivo que hasta ahora había sido desatendido por la mayoría de los diseñadores. Promueve el desarrollo individual a través de sub-marcas y facilita el acceso a producción y distribución. De igual forma, también supone una forma de sustitución de importaciones y promueve eslabonamientos con otros sectores productivos tradicionales como la manufactura.

El proyecto de P.ERE es un buen experimento sobre cómo promover innovación en las propias formas de emprendimiento. Debemos explorar un balance entre el desarrollo empresarial individual con estructuras que reduzcan las barreras de las empresas locales para ser competitivas a nivel internacional. Las marcas comunes, el cooperativismo y las alianzas estratégicas son alternativas reales de emprendimiento colectivo y un buen paso en esa dirección.

 

 

 

[1] El autor es profesor universitario y gestor cultural.